Luis Calvo (ABC. Domingo 7 de mayo de 1950)
Clamoroso triunfo de la Orquesta Nacional en París, bajo la dirección de Argenta en el Teatro de los Campos Elíseos.
Al terminar el concierto, y en vista de las aclamaciones del auditorio, se interpretó “La Revoltosa”.
El triunfo ha sido realmente memorable… La “Cuarta sinfonía” de Brahms, con que se cerró la primera parte del programa, provocó “bravos” y ovaciones que retumbaron largo rato en la sala del teatro de los Campos Elíseos. Ataúlfo Argenta hizo cinco salidas, requerido con insistencia por las aclamaciones.
Al concluir el programa, con la “Sinfonía sevillana” de Turina, fueron tan estruendosas las ovaciones del público y parecía este tan poco inclinado a abandonar el teatro, que Argenta decidió obsequiarle con el Preludio de La Revoltosa… Indescriptibles fueron las muestras de entusiasmo con que se acogieron los últimos compases de Chapí. Hasta diez veces salió Argenta a saludar.
París 6 (crónica telegráfica de nuestro corresponsal)
Berner Tageblat. (17 de diciembre de 1953)
“Para la música no hay fronteras. El aún joven artista Ataúlfo Argenta, demostró no ser un advenedizo en ningún sentido. En sus rasgos fundamentales se incorpora al moderno tipo de los directores europeos. Su técnica corre pareja con la claridad y precisión de un Scherchen, de un Klecki y de un Karajan… Ni siquiera la Sinfónica de Leningrado ha conseguido ofrecer a la cátedra vienesa una versión de la “Quinta Sinfonía”, de Tchaikovsky, como la consiguió Ataúlfo Argenta. El maestro español logró poner una increíble luminosidad sobre el ancho desconsuelo de la estepa rusa.”
Claude Rostand. Carrefuour (4 de diciembre de 1957)
Sobre el Réquiem de Brahms. París.
“No cabe más que inclinarse ante la belleza y la grandeza de la interpretación de Ataúlfo Argenta, delante de su estilo, que es de un espléndido rigor, de una admirable seriedad; delante de la pujanza expresiva que da a la obra. Argenta se comporta en gran artista, en gran director, en intérprete de una rara pujanza, de un raro fervor, y se confirma como uno de los mejores brahmsianos actuales.”
Opiniones sobre el maestro Argenta. (Antonio Fernández-Cid. ABC. Miércoles 22 de enero de 1958). Con motivo de la muerte del maestro hemos solicitado la opinión de algunas ilustres personalidades del campo de la música, quienes nos dicen:
Le Monde
París
“Doquier por sus buenas maneras, por la firmeza, habilidad y claridad de sus ejecuciones, mereció la estima y la simpatía de auditorios y ejecutantes. Su muerte constituye o solamente, una gran pérdida para la música española. Será también sentida como un duelo nacional en todos los países donde pasó y conquistó tantas amistades.”
Le Figaro
París
“Decir que era la figura de los directores españoles de orquesta es indiscutible, pero insuficiente. A los 44 años había conquistado un lugar privilegiado en la primera fila de los directores de orquesta internacionales, y su talento incesantemente en aumento, prometía una carrera evidentemente gloriosa. Asombraba por la diversidad de sus aptitudes”.
Enrique Franco. El País (Madrid, 21 enero 1983)
“Si pensamos que la implantación de Argenta en Europa se lleva a cabo en un tiempo difícil en general y para España en particular, convendremos en que algo especialmente incisivo poseía su aparentemente sencilla y, en el fondo, compleja personalidad. Argenta pertenecía en mucho al tiempo anterior y en no menos al que se iniciaba. Podía dirigir con perfección la Sinfonietta, de Halffter, o incluso Agua, azucarillos y aguardiente, y a los quince días abordar en Roma las Variaciones, de Schoenberg, que no se atrevió a programar en el conservador ambiente madrileño.
Pudo haber sido Argenta no sólo un nombre estelar de la dirección, sino el maestro que necesitábamos para normalizar nuestro sinfonismo. Una vez más -como en Arriaga, como en Usandigaza-, la muerte torció la suerte y fue preciso empezar de nuevo.
La carrera de Argenta duró una docena de años y, sin embargo, la impresión de una más larga existencia habita en nuestro recuerdo. No es memoria sosegada la de Argenta, sino memoria tensa y expansiva.”